Era una tranquila mañana de marzo… casi dos meses después de haber recibido la visita de su hermana, en el inicio de su viaje, sabía que había llegado el momento de afrontar el camino que tenía ante sí.
Por ello, decidió tomar con decisión su Guía de los Secretos y recordó las palabras de la Vieja Sacerdotisa:
“Viajarás a tierras lejanas pero antes deberás caminar por los terrenos conocidos”
Al borde del Mediterráneo, más al este de Nikaia, se levantaba tímidamente una pequeña población con un nombre original: Beaulieu sur Mer.
BEAULIEU SUR MER
Una vez que dejamos atrás Villefranche sur Mer en dirección a Vintimiglia, el tren atraviesa un nuevo túnel como el que hay a continuación de la estación de Nice Riquier y la voz de la megafonía nos anuncia: “Prochain arrêt: Beaulieu sur Mer”
El mayor encanto de Beaulieu sur Mer descansa, para mí, en el paraje que rodea este lugar; la montaña termina en un abismal acantilado muy cerca del mar, como abrigando las casas de Beaulieu.
El Palais des Anglais y el Puerto
El Palais des Anglais nos recibirá nada más bajarnos del tren, en una estación que no deja de ser un edificio funcional y sencillo. A cinco minutos encontramos el Puerto Deportivo, animado en verano por la presencia de navegantes de prácticamente todas partes del mundo.
La Villa Kérylos
Sin duda, uno de los mayores atractivos de Beaulieu sur Mer. No se puede hablar de este sitio sin nombrar la Villa Kérylos.
El arqueólogo Théodore Reinach, fascinado por la Grecia Antigua, hizo construir a principios del siglo XX una casa en la bahía de Beaulieu sur Mer inspirando su diseño en las villas griegas de los siglos II y I a.C. en la isla de Delos (Traducción no literal de la información contenida sobre la Villa Kérylos en Le guide du routard Côte d’Azur, 2011)
Es cierto que el paisaje que rodea la Villa Kérylos otorga mucho encanto al lugar, acentuado además por el silencio que existe en este rincón donde la bahía que forma la costa hace que el mar esté en calma prácticamente siempre.
Es verdad, también, que en la Villa Kérylos se encuentran piezas de gran valor, así como copias muy bien realizadas de algunas reliquias de las épocas clásicas como estatuas, columnas, capiteles, patios interiores, mosaicos…
Todas las fotografías, recuerdos de mi visita a la Villa Kerylos en Julio de 2008
Sin embargo, habiendo visto en España los auténticos restos romanos como los conservados en Palencia o Mérida, en mi opinión todo tiene un carácter demasiado artificial en la Villa Kérylos.
La Rotonde y el Club de Tenis
Una vez vista la Villa Kérylos, nos queda muy poco más que hacer en Beaulieu.
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Podemos darnos una vuelta por el pueblo y ver el Club de Tenis si somos amantes de este deporte. Por su parte, la Rotonde es un edificio de principios del siglo XX (la Belle Époque, como se suele denominar genéricamente al período comprendido entre la última década del siglo XIX y el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914), hotel y restaurante balneario en su origen, convertido en hospital durante la Segunda Guerra Mundial y restaurado y conservado posteriormente.
Por lo demás, debo decir que esta fue una de las visitas más “pobres” que he hecho a lo largo de la Côte d’Azur. Salvo la Villa Kérylos, Beaulieu no tiene nada más que algún que otro edificio singular de principios del siglo XX y un puerto deportivo. Poco o nada más… una visita para una mañana en la que no tengamos plan.
Podéis contarme, si os animáis a visitar Beaulieu sur Mer, si vosotros también os fuisteis del lugar con la sensación de no haber visto nada demasiado sorprendente u original.
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